Desde que empecé a navegar, me cambió la vida…Tuve alguna experiencia náutica en barcas a motor en las que yo sólo iba de “paquete”, después me inicié en la vela ligera y empecé a sentir un cambio sustancial en cuanto a mi actitud ante la vida, el poder pilotar un pequeño catamarán y llevarlo a donde yo quería, a un punto de la costa, me ayudó a superar muchas situaciones vitales y difíciles por las que estaba atravesando. Pero aún no había llegado lo mejor, gobernar un velero, una experiencia que recomiendo a todo el mundo. ¡Mereces la oportunidad de navegar en tu tiempo libre!

Mujeres en el mundo náutico

La náutica y/o la navegación no ha sido una actividad en la que se embarcasen muchas mujeres, sin embargo, ha habido mujeres en la historia de la navegación tales como Isabel Barreto de Castro, que  ya en el siglo XVI fue la primera mujer nombrada almirante. Y más recientes en nuestra historia actual tales como Ellen Macarthur que en 2005, batió el récord de la vuelta al mundo en solitario y sin escalas a la edad de 25 años; Florence Arthaud cruzó el atlántico con sólo 18 años; O Crolijn Brouwer y Marie Riou que se proclamaron campeonas de la Volvo Océano Race. Sólo son unos pocos ejemplos de los muchos más que hay documentados.

Navegar en tu tiempo libre: ¿Cómo prepararse? 

Sin la pretensión de grandes proezas de esa índole por mi parte, pero sí con el ánimo de disfrutar de una pasión por el mar y de compartirla, pienso que los conocimientos que se imparten en las escuelas náuticas son muy interesantes y no se suelen encontrar en los sistemas de educación formal tradicionales. No sólo son interesantes, sino que son de una utilidad asombrosa y sorprendente. Además, es fundamental realizar este tipo de cursos para poder navegar en tu tiempo libre.

En estos cursos, se estudia teoría de la navegación, meteorología, seguridad en la mar, el cálculo de derrotas loxodrómicas, ortodrómicas y astronómicas, pero también y creo que es fabuloso, es recibir una instrucción que ayuda a superar los propios retos, permite desarrollar una actitud ante la vida, expande ópticas y ofrece una visión mucho más enriquecedora de la propia existencia, visión  que podemos trasladar a nuestra cotidianidad, haciendo que el navegar sea un valor añadido a nuestras historias personales y laborales; animo a descubrir esa sabiduría marina…

Me he encontrado en dos ocasiones en las prácticas de PER (patrón de embarcaciones de recreo) y de patrón de yate y capitán, como la única mujer a bordo y creo que muchas más mujeres merecen el premio de embarcarse, el de sentirse valientes, fuertes, inteligentes y asertivas, conservando al mismo tiempo nuestra feminidad. Esas atribuciones se daban a los marinos o marineros, quizá por no estar presentes nosotras en el puente.

Cursos náuticos para mujeres

Los cursos náuticos a los que he asistido como alumna en la Escola Port de Barcelona, así como mi propia participación en el Club de Navegación de la misma escuela, me han abierto un mundo nuevo, me siento como una más de la tripulación, tomamos decisiones de forma colaborativa, a la hora de trimar las velas, de colocar un spinaker o un genaker.

Se generan unas dinámicas de grupo entre todos los que estamos a bordo que suponen un goce y un disfrute. De vez en cuando podemos observar desde la cubierta algún espécimen marino y nos recuerda la conexión que tenemos con la naturaleza, de cómo formamos parte de ella. Pienso que esta actividad nos enseña a trabajar en grupo, rescatamos valores de nuestra propia identidad que nos eran desconocidos, nos redescubrimos como seres humanos, todos somos navegantes y vamos todos a una, vamos, en definitiva, en el mismo barco.

Margarita Rodríguez Beneroso